miércoles, 17 de diciembre de 2008

Si las piedras hablaran...


Las losas de la imagen están junto a lo que Kalín llama La Rampa de Colás, en Puertochico (Santander). No sé si es algo que el personaje puertochiqueño se sacó de la manga en homenaje a su padre o si alguien más denomina así a esta bajada al agua que desde niños tanto nos llamó la atención, pero poco importa.

Muchas de estas espectaculares losas desparecieron para siempre del paisaje del muelle y éstas son algunas de las que se decidió conservar. Resbalan un poco, no son lisas, pero a mí me gusta andar sobre ellas. Tienen un algo especial.

¿Cuántas toneladas de pescado habrán visto sacar de la mar? ¿Cuántas redes de pesca habrán visto secándose al sol? ¿Cuántas lanchas habrán visto panza arriba para ser calafateadas o pintadas? ¿De cuántas conversaciones cantarinas habrán sido testigo? Incontables. Por eso me gusta que sigan ahí, y que presencien también nuestras vidas y las de los que vienen por detrás.

3 comentarios:

Edu_Rob dijo...

Bonito recuerdo; la zona marítima debían haberla respetado; la han descojonado. Un abrazo.

Edu_Rob dijo...

¿no tendrás una imagen de cómo estaba antes el paseo marítimo? Me gustaría verlo.

Peter Mihm dijo...

Pues no, que yo sepa. Aunque luego uno se lleva sorpresas.