viernes, 30 de octubre de 2009

El ritual del que vive fuera


Hace años, cada vez que llegaba a Santander cumplía con un ritual: me bajaba del autobús, iba a casa, saludaba a la familia, y después bajaba al garaje, arrancaba la Vespa y me daba una vuelta por la ciudad. El destino siempre era el mismo; el de la foto. Me sentaba en un banco, respiraba a pleno pulmón, miraba al mar y pensaba en mis cosas. 

Con los años, decidí que ya que Madrid era mi nueva casa mi moto debía estar conmigo y me la llevé a la capital, pero los dos echamos de menos el salitre, la brisa marina fresca del invierno, ese horizonte que deja entrever el camino a Irlanda, y ese sol impagable que surge en cualquier época del año y que te permite vivir más en contacto con el océano.

Hoy he visto esta foto y me he acordado de ese momento, muchas veces íntimo y personal, y otras muchas compartido, con Barri o con Sofía, dos de mis tertulianos favoritos durante jornadas eternas de felicidad. Sin duda soy un tipo afortunado por vivir los momentazos que me han tocado en suerte.

P.S. Por cierto, sin noticias de Iván Niebla...

2 comentarios:

LITROS dijo...

Si, a ver si deja algun dato por el que añadir nuevas pistas, jua, jua.

Peter Mihm dijo...

Me temo que de Mr Fogg no volvemos a saber nada... y es una pena.