martes, 8 de junio de 2010

Cantabria, un poco más cerca

Pues no. No se trata de un nuevo tramo abierto entre Aguilar de Campoo y Burgos; eso irá para largo y tendremos que seguir haciendo la 'S' desviándonos hasta Osorno a través de la autovía hacia León... (del AVE ni hablamos; ni tan siquiera de un tren normal del siglo XXI. ¿Para qué?). Me refiero a la campaña de nuestra comunidad autónoma con El Corte Inglés, que nos ha acercado a la capital (e imagino que a otros lugares) productos no siempre fáciles de encontrar de nuestra Tierruca.

Flipé el día que vi un queso de La Pasiega de Peña Pelada. Lógicamente lo compré. Pero luego ya vendría la locura con los quesucos de Liébana (Río Deva de vaca, de oveja, de cabra; Peña Cortés ahumado...); patatas fritas (El Cántabro y Santos Moreno); mermeladas (la que me compré de fresa es excelente); chocolocates (Horno San José...); cocido montañés (La Ermita de San Pedro); todo tipo de marcas de conservas de anchoas, bonito, ventresca (Consorcio, Lolín...); pimientos de Isla; corbatas de Unquera; yogures de La Bien Aparecida; orujos y cremas de orujo; vinos tintos de Liébana y diversos blancos (eso sí, a unos precios poco competitivos); sobaos de El Macho y otros; quesadas; pastas diversas de las clarisas de Villaverde de Pontones (sí, a poco más de un kilómetro de Cubas...); alciturrianos (con forma rara, pero alciturrianos a fin de cuentas)... Tremendo el despliegue, sin duda.

Eché de menos unos quesos de Las Garmillas (que me flipan, pero que sé que se pueden comprar cerca de mi trabajo, en Poncelet); unos buenos tomates del país (que cuando son de los de verdad, de temporada, son inigulables por su sabor); la potente berza (difícil de encontrar y básica para un buen cocido montañés)... Aunque lo que más eché de menos fue no tener a mi padre para que me preparara él mismo un cocido de los suyos, apoteósicos; o una marmita de bonito, de esas que te hacen tocar el cielo con las manos o directamente llorar de la emoción. Pero al final opté por quedarme con lo bueno: el ejemplo de mi padre, el amor a la tierra de uno y la pasión por unos productos maravillosos que son en sí mismo una experiencia que hay que probar. Y el que no lo pruebe, pues allá él...

Cuento los días para hacer mi próxima compra y volver a llevarme todo lo que pueda y me aguante en casa sin estropearse. Con un poco de suerte, el próximo viernes. Pero sobre todo cuento los días para volver a mi tierra. Y si puede ser de vacaciones y no de fin de semana, pues mucho mejor...

P.S. Eso sí, lo que no tenían eran estelucas, palucos de Cabezón, orgasmos (de Comillas), pastel cántabro, almejas de Pedreña, corazones de Liérganes, tortos de Cabanzón, angulas de Tina Mayor, rabucas de El Puerto, carne de vaca tudanca, limones de Novales, queso azul de Tresviso, churros de Liérganes, hojaldre de Torrelavega, emparedados de Máximo Gómez, merengues de Frypsia, Pantortillas de Reinosa, ni choricillos estilo infiernillo de La Tasca El Vasco o unos blancos de Máximo Bolado... Lástima.

3 comentarios:

LITROS dijo...

Todo llegará Pet, sobretodo los "Maxis", jua, jua.
De la Hermita, si tienen algun postre, como el flan o arroz con leche..., estan coj..., no te los pierdas.
Un abrazo.

Peter Mihm dijo...

A esta paso me planto en 120 kilos antes de Navidad... juas juas juas

mar dijo...

hola! he leido cuando hablabas de los alciturrianos...hoy en dia dónde puedo encontrarlos, sabes? y no me acuerdo ni del precio. Gracias!