domingo, 1 de febrero de 2009

La Rampa de Kalín


Me acaba de decir mi madre que ha muerto Kalín, sí, Nicolás Ochoa en su DNI. Un personaje de esos que forman parte de muchas imágenes puertochiqueñas. 

Sus amigos, infinitos, solían llamar a las rampas que bajan al mar en la zona de Puertochico La Rampa de Colás, y La Rampa de Colás II en recuerdo al padre de Kalín. Pero algunos ya piden que la que baja apuntando al oeste, la que está frente a la caseta de los Prácticos, se denomine Rampa de Kalín. Pues así sea. Qué menos para homenajear a un hombre del mar, a un machinero, a un raquero -término que a él le enorgullecía y en el que no veía nada peyorativo-.

Tenía sólo 73 años y mucho que contar. Ahí queda su libro El Puertochico que yo conocí, una obra amable, de alguien que no pretendía pasar a la historia como literato, pero que sí buscaba recordar a muchos personajes cotidianos, dignos de esas palabras de elogio y de admiración.

Yo recuerdo a Kalín desde pequeño, vendiendo en sus tiendas de deporte en Castelar. Aún hoy, cuando paso por delante de una peluquería junto al Pilar y frente al Siboney recuerdo mi niñez. Ahí compré mi primera caña, mis primeros aparejos, creo que, incluso, ahí aprendí a empatar un anzuelo.

Luego, han sido muchos años cruzándome con Kalín, junto al surtidor de Puertochico o por Castelar. Y siempre veía una sonrisa en su semblante, ese gesto del que lleva recorridas muchas millas y está en paz consigo mismo. Veo, a través de las webcams, que la Bahía está tranquila. Quizá lo que en realidad está es triste...

2 comentarios:

Mon dijo...

Emotivo homenaje,Pete.
El gran José Ramón Sánchez consideraba a Kalín como el último pescador de Puertochico. La verdad es que no puedo estar más de acuerdo.
Para mí la rampa de los prácticos será a partir de ahora y para siempre la rampa de Kalín.Descanse en paz.

Peter Mihm dijo...

A mí es una persona que desde siempre me resultó simpática. Cuando tanta gente te quiere es por algo...