lunes, 21 de mayo de 2007

Rey de algo


"Quisiera ser el rey de algo, ser el rey de alguien, para no tenerme en cuenta un sólo error. Quisiera ser el rey de algo y poder permitirme no acertar... y que mis decisiones no tuvieran consecuencias...".

Así, más o menos, reza la canción que Hendrik Roever cantaba con Hank, su gran experimento de power pop, que tan buenas canciones nos dejó para siempre.

El dibujo que Lucía me regaló no sé muy bien si trasluce la imagen que de ser poderoso e infalible tiene de mí. Lo que sí que hace es cargarme de responsabilidad. Esa palabra que tanto nos aterra. Uno a veces querría que sus "decisiones no tuvieran consecuencias", pero la realidad es bien diferente. Con dos hijas tan geniales y una mujer tan alucinante hay que dar el callo, no se puede eludir la realidad y hay que levantarse todos los días a luchar.

El abrazo reponedor con que me reciben todos los días al llegar a casa compensa todos los males que acarrea la vida civilizada que nos ha tocado ¿en suerte?... Gracias, Lucía, por todo lo que me das, por todos tus besos, por tus caricias, por tus miradas azules llenas de complicidad.

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