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Te leo hoy en Marca, en una entrevista de Olga Viza. Seve en estado puro. Estás en la lucha diaria, como siempre. Dices que la vida te ha dado un mulligan (ese golpe de repetición que se permite entre amigos cuando uno pega mal a una bola en el tee del uno y que a veces se extiende a algo más...).
Esa palabra la aprendí en el tee del uno de Pedreña de niño, tendría 14 ó 15 años y serían las nueve de la mañana de un sábado ochentero... "¿Qué? ¿Hay mulligan?", decía un veterano que acababa de pegar un mordisco más que un golpe a una bola. "Sí, sí, hay mulligan", respondió el caballeroso contrincante.
La vida pocas veces nos concede esa oportunidad, pero cuando la ofrece hay que lucharla. Yo te sigo visualizando vestido de azul marino, tu color fetiche, o con la chaqueta verde de Augusta, todo un canto a la esperanza. A fin de cuentas, al despertar de la anestesia de la primera operación ya dijiste eso de "yo siempre gano".
Ahora señalas que estás "ante el par 72 más largo del mundo". No hay prisa. Lo importante es estar sobre el campo con el orgullo de saber que uno está poniendo todo de su parte.
P.S. La foto es del hoyo 14 de Pedreña, que tiene unas de las vistas más bellas que uno pueda presenciar de la entrada de la Bahía, de Mouro, de Somo, del Palacio de la Magdalena. Un lujo asiático a ¿un par de kilómetros? de la casa de Seve.