El último año ha sido complicado para todos y eso de no poder ir a tu tierra cuando tienes un hueco en la agenda se hace cuesta arriba. Siempre he valorado mucho lo que tengo, y lo seguiré haciendo, pero animicamente me siento encerrado. Y la necesidad de reencontrarme con la familia, ver el mar, respirar profundamente y pasar página de algunas miserias es grande. Soñar con el verano es gratis, pero no solo de sueños vive el ser humano.
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