Hace unos días estuve en la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, un sitio muy recomendable para los amantes del arte y, muy especialmente, para aquellos que disfrutan con la pintura del siglo XIX.
En medio de grandes obras de Sorolla, Goya, Romero de Torres, Riancho, Carlos de Haes, Martín Rico, Casimiro Sáinz y un largo etcétera, mis ojos se quedaron clavados en una obra de Dionisio Baixeras: Regatas a la vela.
La luz del mar, la actitud relajada de los dos protagonistas que contemplan la navegación de los veleros al fondo, los pliegues de la ropa del vestido azul, la elegancia que rezuma la escena, la sombrilla carmesí colgada de una silla... Todo te invita a la relajación y a detenerte ante el cuadro.
Blog sobre sentimientos, amigos y recuerdos. Un espacio para sacar de nosotros lo mejor que llevamos dentro. El lugar donde rememorar a Barri es casi una obligación, además de una devoción. Y como dice la bendición irlandesa: "Que el viento sople a tu espalda, que el camino salga a tu encuentro, que el sol entibie tu cara, y hasta que volvamos a encontrarnos, que Dios, el amor, o en quien tú creas, te sostenga en la palma de su mano". Que así sea.
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