Lleno de estrellas, pero lleno, lleno, sí. Llevaba días con Barri más presente aún de lo normal y, de repente, ayer al llegar a casa me encuentro con un whatsapp de uno de los tíos más grandes que pisa la tierra dándome una noticia de esas que te atraviesa el corazón como una cuchillada. Una noticia demoledora. Implacable. Sin matices. Y que cierra un círculo cruel. Un círculo formado por dos luchadores ejemplares contra la enfermedad. Dos personas buenas, bellas por dentro y por fuera, y que hacían que este mundo fuera un lugar mejor.
D.E.P., querida Eva Santisteban.
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