jueves, 10 de octubre de 2024

Ya estás en casa

"'Ya estás en casa. Ya descansas en paz'. Eso fue lo que se me pasó por la cabeza cuando el coche fúnebre se detuvo delante de nuestro lugar favorito en el mundo, junto a tu adorado jardín, ese al que te llevaba siempre de la mano en nuestras conversaciones en el salón. Sí, fue un momento en el que no pude evitar el llanto. Me rompí por completo. Me reventó el corazón. La escena fue tan bella como demoledora. De lo más emotivo que he vivido nunca, algo a la altura del personaje. Aún ahora lo recuerdo y se me saltan las lágrimas. Nada como una madre. Nadie como tú".

"Mamá, abuela Geli, Geli, Elli. Una irreductible, una luchadora, una 'bárbara del Norte' (como te llamó un conocido), una mujer de carácter, alguien sin pelos en la lengua, trabajadora como nunca vi otra, entregada a los suyos, aliada fiel, tu fan número uno, protectora, cómplice, hogar". 

"Hay cosas en la vida para los que uno nunca estará preparado. Da igual que sea ley de vida. Esa ley está ahí, pero a muchos nos gustaría incumplirla de manera impune. Hay personas que deberían ser eternas, con los padres y los abuelos a la cabeza. Esa ley es una mierda".

"Dolor. Dolor físico. Vacío. Tristeza. Ausencias. Conexión. Recuerdos. Ejemplo. Pensamientos que te dan vueltas y vueltas en la cabeza. Agitación. Insomnio. La mente a mil por hora. Llanto. Agradecimiento". 

"Pero sí, claro, cumplimos años, perdemos facultades, nos alejamos de nuestra mejor versión y no todo es de color de rosa. Y aún así siempre te quise igual y siempre te querré. Gracias, mamá".

No hay comentarios: