Pasa el tiempo, pero no pasan algunas sensaciones. Pasan los días, las semanas, los meses y hasta los años, pero el recuerdo de tantas cosas sigue ahí presente a cada momento. Llevo tiempo sin escribir. Son etapas. El dolor, deja paso al vacío, vuelve el dolor..., pero nunca se cae en el olvido aunque pudiera parecerlo en un vistazo superficial.
El otro día vi una sonrisa que me recordó a ti. No sabría decir a ciencia cierta si era hombre o mujer. Simplemente era. El resto qué más da. Me sirvió para echarte de menos, para evadirme del hoy y visitar el ayer.
«Añorar el pasado es correr tras el viento», dijo alguien. Falso; o no del todo cierto. Es bonito añorar tiempos felices. Lo que no se puede es sólo vivir de recuerdos, pero estos ayudan -y mucho- a ser fuerte y a enfrentarse al día a día.
El otro día vi una foto tuya que me encanta y te sentí a mi lado. Me acordé de lo que me contó tu amiga Vebina. De aquel episodio en el que las luces de su casa californiana se encendieron solas y ella tuvo una sensación peculiar de cercanía. Te sintió a ti. Me recorren escalofríos por todo el cuerpo al recordarlo, pero me gusta sentirlos...
4 comentarios:
Me gusta correr y me encanta el viento, así que estoy todo el día añorando el pasado, viviendo el presente y esperando al futuro.
Que bién.
Saludos Pet.
Claro que sí, con un par.
Aúpa, Pet.
TE DARA IGUAL DONDE ESTES PORQUE LO QUE LLEVAS EN EL CORAZÓN TE ACOMPAÑA SIEMPRE. UN ABRAZO
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