El otro día en una ronda de zapping acabé en el Canal de Golf de D+. Era un programa especial enlatado sobre Seve. Sensacional. Allí estaba Santi Luna, el hombre del que Seve dijo que su swing valía un millón de dólares, incapaz de articular palabra ("ya sabía yo que no tenía que haber venido"). Hubo muy bellas palabras por parte de todos los presentes (Corbalán, Arantxa Sánchez Vicario, Santi Cañizares...), pero lo que más me llegó la corazón fueron las declaraciones de Nick Faldo. Sir Nick Faldo.
Faldo estaba comentando un torneo para la televisión y al ser preguntado por Seve lo bordó. Empezó entrecortado. hasta tuvo que dejar de hablar y se recuperó diciendo que eran momentos muy duros y que se quedaba en blanco. Nada de eso. Hizo una disertación gloriosa. Elogió a la figura humana y deportiva de Seve de manera brillante. Le reconoció como el más grande. Y dijo haber vivido junto a él momentos irrepetibles, a pesar de ser él más perjudicado deportivamente.
Aluciné con lo que contaba después de ver en Royal Lytham como Seve le quitaba de las manos un British. Decía que al terminar los 18 hoyos, en el momento de firmar las tarjetas,le dio las gracias a Seve por haber compartido con él la mejor vuelta que había visto en su vida (creo que Seve firmó un glorioso 65). Sus palabras no podían sonar más sinceras, roto por dentro, tocado por fuera, pero agradecido a Severiano por todas sus enseñanzas, por compartir su talentazo y por todo lo que hizo por el Tour, por la Ryder y por el golf moderno. Ahora sólo falta que el Tour Europeo cambie su logo por el del crack de Pedreña y que la Ryder termine por celebrarse en Madrid. Un par de gestos, un par de decisiones sencillas y de justicia.
Entrevista publicada en ABC
Nick Faldo vivió en primera persona la carrera de Severiano
Nick Faldo, pese a a sus seis «majors», uno más que Severiano Ballesteros, nunca ocupará el papel de mejor golfista europeo de la historia. Ese papel le correponde al cántabro, algo que el inglés ratifica convencido, sin ningún género de duda.
—Fue un detalle por su parte acudir al funeral de su gran rival.
—Era mi obligación, era un momento muy triste pero tenía que estar para agradecerle a Seve todo lo que ha hecho por el golf. Quiero desearle lo mejor a su familia y que su recuerdo y su legado sigan siempre vivos.
—¿Cómo fue su relación personal?
—Era buena, sin problemas. Hay gente que piensa que nos llevábamos mal porque teníamos caracteres diferentes y competíamos a cara de perro, pero convivimos mucho durante tres décadas. Los jugadores de mi generación le queríamos, era genial.
—No pensaría lo mismo en 1988, cuando le ganó el Open Británico...
—Con el paso del tiempo, me siento afortunado de haber jugado con él en ese último partido en Royal Lytham. Hizo 65 golpes y fue el mejor golf que he visto en mi vida.
—¿Con qué se queda de su juego?
—Con su imaginación en el búnker y su «swing». Era magnífico, muy particular y efectivo. Yo estaba justo detrás de él cuando hizo ese famoso golpe en la Ryder Cup de 1983 con una madera 3 desde la arena. Había 210 metros y nadie pensaba que pudiera llevar la bola cerca de green. Ese golpe solo lo podía dar él. Tenía una madera con una cabeza del tamaño de un dedo, no como las actuales (¡entonces sí que éramos golfistas de verdad!) y empató el partido con Fuzzy Zoeller. Fue sin duda, uno de los mejores golpes de la historia.
—¿Qué palo manejaba mejor?
—El hierro 3, sin duda, aunque los dominaba todos . Tengo multitud de golpes suyos grabados en mi mente, sobre todo los chips cortitos. Recuerdo una vez en Bruselas, falló el green del hoyo 9 por la izquierda y tenía que saltar la bola por encima del búnker. Pegó un «pitch» y dejó la bola completamente muerta junto al hoyo. No me explicaba cómo pudo hacerlo. Pero lo mejor es que al día siguiente se dio la misma circunstancia y, con un hierro 3, saltó la arena y la dejó a un palmo. Ese palo en sus manos era mágico. Con él comenzó a jugar y lo dominaba como nadie. ¡Sacaba de búnker con ese palo como si fuera un blaster!
—Se dice que competían hasta en los entrenamientos...
—Es cierto, una vez en The Players me retó a sacar de búnker en el hoyo 18. Yo la dejé a tres metros y él, con el hierro 3, a uno. No había forma de ganarle. Verle practicar era asistir a una clase constante de juego desde la arena. Las manos bajas, su «swing»… esas enseñanzas se han quedado grabadas en todos nosotros, sobre todo los que competíamos con él. Todos aprendíamos de lo que hacía y tratábamos de imitarle. Esa competencia y ganas de superarle fueron lo que hizo que subiera el nivel de todos los jugadores europeos.
—¿Apoya la propuesta de que la silueta de Seve sea el nuevo logotipo del Circuito Europeo?
—Por supuesto, sin duda alguna. De hecho no sabía ni quien era el que tenemos ahora y dudo mucho que las nuevas generaciones sepan quién fue Harry Vardon. Es una nueva interpretación del golf moderno y creo que sería muy acertado. No creo que nadie vaya a votar en contra de esta propuesta. A Seve le debemos gran parte de lo que somos hoy en día.
P.S. Entre mis tesoros guardo un tee amarillo de madera que Nick Faldo usó en el hoyo 10 de Pedreña, El Pasiego, ese par 3 cuesta arriba, con pinos a la izquierda y caída pronunciada a la derecha.
Blog sobre sentimientos, amigos y recuerdos. Un espacio para sacar de nosotros lo mejor que llevamos dentro. El lugar donde rememorar a Barri es casi una obligación, además de una devoción. Y como dice la bendición irlandesa: "Que el viento sople a tu espalda, que el camino salga a tu encuentro, que el sol entibie tu cara, y hasta que volvamos a encontrarnos, que Dios, el amor, o en quien tú creas, te sostenga en la palma de su mano". Que así sea.
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9 comentarios:
Yo también escuché a Nick Faldo hablar de Seve y estoy de acuerdo, muestra un fair play digno de agradecer hablando de un rival deportivo. Describió a Seve como "The Lucky Devil" porque dijo, lo tenía todo, el talento, la imagen, la sonrisa.
Sí, habló de la sonrisa de Seve. Muy humano.
Resulta curioso que alguien que ganó seis majors vea en Seve al mejor de siempre. ¿Qué sucede? Que si veías jugar a Faldo, te dabas cuenta de que era buenísimo, de que no fallaba una calle, de que siempre iba recto. Pero claro, él sabe que no tenía ese talento de Seve para sacar de buker con un hierro 3 o para dar un driver de madera, de los de los 80's, y hacerse 300 metros.
Seve era capaz de golpear a propósito contra una pared de piedra para que la bola fuera a green; de mandar intencionadamente la bola a un párking, sabedor de que podría mover los coches por no ser fuera de límites y ser el vehículo un objeto movible... Él veía lo que otros no y se atrevía con todo. Tenía carisma y sabía ganarse el respeto máximo de sus rivales.
Al final Madrid se quedó sin Ryder Cup, que se celebrará en París, en Le Golf National. Thomas Levet y Jean Van De Velde son los dos golfistas galos más representativos. ¿A alguien les suenan?
Me temo que París se llenará de británicos, irlandeses y españoles...
Grandisimo, Faldo y tu y yo lo sabemos bien, Pet.
Aquel campo de practicas en Pedreña no lo olvidaré nunca.
Ya he "posteado" sobre esto y estoy totalmente de acuerdo con Faldo, con aquellos palos había que saber jugar.
Se ha hablado mucho del juego corto de Seve, pero es que este nace de la necesidad de arreglar los "desaguisados" que le producían los infinitos drivers que pegaba en su juego largo, "Santas Oxti...s".
Con aquellas maderas y hierros largos complicadisimos de controlar(por no hablar de la evolución en las bolas), había que tener buen juego corto por necesidad.
Pues sí, lo de los palos de ahora hacen medio bueno al que es malo de solemnidad. Palos que corrigen el slice o el hook, el draw o el fade... Y los materiales, claro. Seve pegaba maderas 'de madera'. Ahora, ya nada es lo que parece.
Y sí, aquel campo de prácticas lleno de cracks no se puede olvidar.
Si, la ultima vez que jugué en campo, hará unos 3 años, estaba por el 6 de Mataleñas y dejamos pasar al partido que llevabamos detras, que era de 2 y nosotros 4 y claro iban mas rapido.
En Tee salimos los 6 y así les dejabamos pasar en el 2º golpe.
Bien, salen los dos, salen mis compañeros y saco mi driver de madera (madera, madera) el mitico; el caso es que se quedan mirando como a un marciano, sonrisitas por aqui, comentarios en voz baja por alla.
Pienso, os vais a enterar majetes.
Castañazo de salida, recta y alta, y le saco 30 metros al mejor de ellos.
Y suelto: si con esta hago esto, imaginaros lo que haría con una de esas facilotas y cabezonas. Descoyonandome, por supuesto.
Si es que somos 'old school' totales. Es como cuando estos jóvenes de hoy nos dicen que cuando jugamos parecemos jugadores de los 80's... Pues lo que somos. Con más técnica, con más capacidad para jugar en equipo... Otra cosa.
Eso sí, no te voy a negar que me gustaría tener alguna cabezona de esas y ver de qué soy capaz con ella. Igual me llevo una sorpresa y resulta que me hago 260 metros... Jajaja
Pero si suenan hasta mal.
"Ping", o algo así, jua, jua.
No se dan cuenta que lo que vale es el arquero, no el arco.
Bueno, el arco ayuda, pero si ya has aprendido con las otras, pues como que te hace menos falta.
Eso es cierto, el sonido es una estafa. El 'ping' ese es una castaña si lo comparas con cómo sonaba un drive de Seve, que parecía que había reventado algo. Recuerdo que la primera vez que vi jugar a Seve y Olazabal -cómo llovía por cierto- flipé con eso, con el sonido de los golpes. Sería el año ¿85?
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