Recuerdo siempre 2008 como un año que me llenó de plomo para el resto de mis días. Se fueron dos de las personas más importantes de mi vida en pocos meses y no me fue nada fácil remontar el vuelo. De hecho, creo que nunca volví a ser como era antes. Pero en esta canción sí encontré cierta paz y me abrió un poco los ojos a la realidad que tenía por delante.
Claro que todo el mundo llora y sufre. Y a veces todo sale mal y crees que todo te pasa a ti. Pero no, estamos en el mismo barco y lo fácil es darse por vencido y bajar los brazos. La vida es dura.
Hay que dar las gracias por canciones como esta, que nos acompañan y dan tanta paz, que sacan esa pena que llevamos dentro.
P.S. Por cierto, ese "todos hacemos daño" no lo veo. Más bien "a todo el mundo le duele" o "a todos nos duele".