domingo, 3 de enero de 2010

No me canso nunca de contemplarlo...


Tras una noche de descanso, te levantas, sales a la terraza y te encuentras esto... El sol sale por tu izquierda y el Puntal te mira desafiante; enfrente, la dupla del Pico de Solares y Peña Cabarga, siempre me llegan al corazón; y a la derecha, en días como estos, emergen majestuosos los Picos de Europa. No se puede pedir más. Es una escena repetida hasta la saciedad en mi imaginario particular, pero no hay dos días iguales, siempre hay matices y cada uno de ellos aporta más y más belleza.

5 comentarios:

  1. Querido Peter:
    Tienes el privilegio no sólo de contemplarlo sino además de disfrutarlo cada día de forma distinta. Nosotros tenemos la suerte de que lo compartas. Gracias

    ResponderEliminar
  2. De nada, Jorge. Es que estas cosas son las que a uno más le gusta compartir, aunque todo parta de un momento muy íntimo.

    ResponderEliminar
  3. Si no me equivoco, Pete, es la mañana del día de Navidad. Menudo regalo.

    ResponderEliminar
  4. Y qué hermoso y premonitorio es ese destello en el agua...

    ResponderEliminar