viernes, 13 de septiembre de 2013

IX edición del Galizano's Court



Sábado 17 de agosto. Convocatoria monstruo para la IX edición del Galizano's Court. El organizador reconoce en petit comité que es un desastre, que ese año no se lo ha currado nada, que la molicie ha estado a punto de hacerle tirar la toalla... Pero 48h antes de la fecha se decide a dar un empujón a la cita y a través de Facebook hace una llamada a los mitics.

Así de primeras parece que las vacaciones pueden jugar en contra del evento, una vez más. Agentes libres desaparecidos, lesionados de larga duración, trabajadores españoles enriqueciendo a otros países con su talento, escaqueitors varios, que si hace bueno y me voy a El Puntal... En fin, clasicazos.

Un par de whatsapps y se garantiza la asistencia de algún miembro de la familia, otros se apuntan vía FB... Parece que habrá partido. Y así es. El día amanece espléndido, caluroso y con un sol que resultará implacable.

Una vez en la cancha Peter Mihm es retado por un lugareño a jugar un dos contra dos. Sorprendido por la oferta, pregunta la edad al que podría ser su hijo: “Dieciseis”. ¡Glups! Un tipo de 45 palos, jugador ochentero 'old school' retado por alguien que no vio ni la plata de Los Ángeles ni el Angolazo, ni nada de nada. Uno de estos jóvenes que sólo tienen recuerdos recubiertos de oro y metales preciosos.

Ni corto ni perezoso el ex all around player acepta el reto, aunque dice que está esperando a unos colegas, que no tardan en llegar. Es tal la afluencia de cracks que se opta por jugar a dos canastas, algo inédito en la historia de la quedada.

Dos de los lugareños optan por participar, dos jugadores versátiles con ganas de balón y que no respetan las canas; Ramiro, eficaz power forward; Guille, base eléctrico de 10 años, pero ya fogueado en infantiles pese a ser alevín de primero; los hermanos O'Brigon, Borin y Litros, bases-escoltas en perfecto estado de forma; Javi Toy, uno de los mejores cuatros de 44 años de España, con el número 2 de los Cavs a la espalda (DaJuan Wagner), una de las camisas más malditas de la historia reciente de la NBA; y Mihm dan comienzo a un cuatro para cuatro a toda la cancha.
Poco después se suma Javi Shatt, con su tiro eléctrico bien engrasado. Para completar el 5 vs 5 se suman, por turnos, dos valientes: Pistol Lu y Marta, ambas curtidas en los Juegos Municipales madrileños.


Los partidos a 10 canastas se suceden. Se ve aro con facilidad. Y es que, claro, tener a Toy en tu equipo es un seguro de vida: un mal pase termina casi siempre contando como asistencia. Los lugareños se dejan ver. Tienen aire en sus pulmones y piernas frescas, pero fallan sus intentos de mate una y otra vez.


Toy se hace con el MVP unánime. Y todos los presentes cumplen de largo. A Borin se le acaba la pista –acostumbrado a subir a La Morra de Lechugales, el 28x14 se le queda muy mini–. Litros se muestra muy activo en los dos lados de la cancha. Ramiro exhibe poder interior. Guille termina descontento por los tiros fallados, pero demuestra una vez más que los años -de menos- importan entre poco y nada. Mihm acaba con un ratio de 1 pérdida por cada 2,5 asistencias dadas a Toy. El Shatto demuestra una vez más que, desayune bien o mal, siempre te va a meter ese tiro de media distancia. Pistol Lu y Marta aportan dirección y ganas. Hay relevo; hay que quedarse con eso.

En la hora de los mates, pocos candidatos. Los del lugar ya se han ido y sólo Toy y Pete parecen dispuestos. El rubio barbudo demuestra que hay poderío de sobra para dominar el aro. Algunos veteranos hacen sus vuelos rasantes por debajo del aro. Nada, desayunos insuficientes, ballestas poco o nada engrasadas, viejas lesiones, que si la abuela fuma...
Mihm acepta el reto de Pepsi y alterna alguna que otra cagada estafoide con varios dunks de mérito. La suave preparación previa al G's C parece dar sus frutos y la rodilla mala no evita que el fondón alero meta para abajo más de media docena de buenos caponazos. El que tuvo, retuvo. ¡Qué coño!

Como anunciaba la convocatoria de FB llega la hora de las rabas. El basket and rabucas marida como pocas cosas. Y el éxito de esa otra parte del evento vuelve a garantizar que ya se piense en la X edición, la de 2014. Brindis por Barri, copas de cerveza (con limón) y unas cuantas de rabas, recuerdo para los que no pudieron venir (con especial mención a Panchov y Antonello) y a la playa a descansar. Y un pensamiento: nada como unos buenos baños en el mar para restañar los dolores después de un partido a toda la cancha... Nos vemos en las canchas.