miércoles, 5 de mayo de 2010

Canciones, siempre canciones...

Nos dan la vida. Una sesión de media hora con canciones que nos gustan hace que nos mejore el humor, que nos sintamos mejor, que recordemos tiempos que permanecen como aletargados en nuestra mente... Es realmente una pequeña liberación. Libera endorfinas.

El otro día hable de ti con unos compañeros del trabajo y me sentí extrañamente entero. Pude hablar de ti sin emocionarme como otras muchas veces; aunque hablara de ti cargado de emoción. Ahora, sin embargo, mi colega Abraham ha puesto una canción y he empezado a temblar como una hoja; he empezado a tener escalofríos y se me han licuado los ojos.

No me ha importado. Me he sentido bien. Y me ha quedado demostrado una vez más que eres imposible de olvidar, que fue un lujo compartir media vida contigo y que siempre te sentiré a mi lado. Da igual que el tiempo pase; da igual que envejezca; todo eso no importa ya. Be my mirror, my sword and shield... Gracias amigo.

4 comentarios:

Edu_Rob dijo...

Grande, Pet. Por el gran Barry.

Un brazo.

Peter Mihm dijo...

Va por él, como siempre, hasta que nos volvamos a encontrar. Otro abrazo.

LITROS dijo...

Que buena frase.
Vamos a aplicarla.
un abrazo.

Peter Mihm dijo...

Ese Litros. Claro que sí.