sábado, 31 de enero de 2009

Chimpete, champata...


Uno no puede evitar acordarse de los políticos al ver este guiñol de El Retiro. Los escuchas y siempre dicen lo mismo: palabras vacías y respuestas mecánicas que eluden responsabilidades y buscan culpar al de enfrente de todos los males. Con lo fácil que debería ser trabajar en beneficio de todos... ¿O es que gobernar no consiste en eso? Chimpete, digo champata...

viernes, 16 de enero de 2009

En la habitación de al lado...

Eso le decía una amiga a Eva. Él nunca se fue, nunca se irá; "está en la habitación de al lado". Le tenemos ahí cerca, dándonos su apoyo, haciéndonos mejores, remando con nosotros en el día a día, echándonos un capote.

Lo dijo Susana y cada vez que lo rememoro me emociono: "Fácil de querer, imposible de olvidar". Lo dijo Seppe y lo clavó: "El hombre a una sonrisa pegado".

Lo dijo Cristina y me iluminó: "Nunca vi a Barri con miedo, desesperado por su suerte. Siempre la eterna sonrisa, nunca una palabra de lo que sufría, de lo injusta que es esta vida".

Lo dijo Salva y me sentí muy triste, pero muy afortunado: "Me lo encontré por Santander este verano, con su gorrillo, con su sonrisa, con su sonrisa, con su sonrisa, con su sonrisa...".

Lo dijísteis todos y me conmovísteis. Fueron unos días muy complicados, pero preciosos, porque se creó el Barri Spirit, una sensación que nos invadió a todos, que nos hizo sentirnos privilegiados por haberle conocido y desgraciados por haber perdido a alguien tan valioso. Me sentí orgulloso de tener a unos amigos unidos en el dolor. En los días que siguieron, no podía separarme del ordenador ni un segundo porque todo lo que llegaba me consolaba ante la hemorragia de sensaciones que se me agolpaban en el pecho.

Uno ha pasado por momentos muy difíciles, pero el dolor de esos días me rompió por dentro, me faltó el aire como nunca, me hizo conocer el lado más cruel de la vida. Me levanté un viernes siendo casi un niño y pasé una noche metido en un autobús sin pegar ojo y llorando, pero llegué a Santander empezando a ser un hombre.

Hoy la vida sigue siendo maravillosa y cruel; dulce y amarga; azul claro y azul oscuro casi negro; llena de las sonrisas del recuerdo y repleta de desconcierto; plena de consuelo en forma de imágenes y canciones y capaz de fundirnos con un inexplicable vacío. Pero tu imagen -amigo del alma-, tu flema cántabra, tu entereza, tu valentía, tu grandeza, tu personalidad arrebatadora, tu calor, tu cercanía, tu pasión, tu todo, sigue haciendo que después de llorarte, uno siempre, siempre, siempre termine apelando al legado que nos dejaste, a tu especialidad: la sonrisa.

Aún así, qué no daría yo por tenerte delante, por poder mantener contigo una de nuestras charlas eternas y por poder darte ese abrazo sincero con el que decirte: "Hasta pronto, amigo".

P.S. Hoy estaba en el trabajo, era viernes, la misma hora, el mismo cielo azul. Todo se me ha venido encima...

miércoles, 14 de enero de 2009

Con la que está cayendo...


... creo que esta imagen, de una exposición de clicks de Famobil en Santander, resume a la perfección los deseos de casi todos. Si los indios y el séptimo de caballería firman la paz con un pow-wow en toda regla, ¿por qué hay tanto cretino que parece no enterarse de nada? Quedémonos con el gesto, que ya sabemos lo que pasó luego. Pero eso es otra historia.