martes, 14 de octubre de 2008

Mucho ánimo, Seve


En España nunca se te terminó de reconocer, a pesar de ser todo un dios del Olimpo deportivo. Pero para los que empezamos a jugar al golf por tu 'culpa' siempre serás un grande entre los más grandes. Un jugador genial, capaz de lograr lo imposible. El talento plasmado sobre la hierba. Azul sobre verde.

Uno de mis primeros profesores fue Baldomero Ballesteros, Merín. Yo tendría menos de 14 años y era un honor tener, allá en un prado de Mataleñas (lo que ahora viene a ser la calle del hoyo 8), a un hermano del mito como profesor. Y sí, también estaban por allí Carriles y Rozadilla, otros dos cracks de esto.

Recuerdo haber ido a Pedreña a ver un partido contra un jovencísimo Chema Olazábal. Diluvió, pero me lo pasé como pocas veces. Se me metió el golf en las venas. 

Tus éxitos en el British Open o en Augusta nos llenaron de orgullo a todos. Ir a Pedreña y patear a tu lado era un privilegio que no valoré en su justa medida hasta que viví en Escocia y Estados Unidos. Allí, cuando decía que te había tenido jugando al lado me miraban como si yo tuviera línea directa con Dios.

Mariano Rico, Manolo Vidal, Luis Sainz Rozas... Muchas jornadas de golf cruzando la Bahía en las pedreñeras. Días eternos jugando de sol a sol. Siempre recibiendo broncas por parte de algunos socios que nos la tenían jurada y que nos culpaban hasta de la muerte de Manolete.

Muchas veces he leído como cuentas una anécdota sobre tu primer palo. Creo que era un hierro 5. Currabas de caddie en Pedreña y te metiste el palo por dentro de la pernera del pantalón. Y así, con la pata tiesa, te fuiste hasta tu casa andando. Lo mejor es que el palo se lo mangaste a mi tío Gonzalo Lavín... Seguro que nunca te guardó rencor.

Te acaban de diagnosticar un tumor cerebral. Una cabronada de tantas. Pero es ahora cuando hay que tirar de fuerza mental, de mentalidad ganadora y tú de eso sabes un huevo. Todo el ánimo del mundo, Seve. Ahora sí que estás en el tee del hoyo 1, en la cuarta jornada de un grande. Como en las mejores ocasiones, vístete de azul marino y sal a ganar.

7 comentarios:

JAVI-SHATT dijo...

YO TAMBIEN ME ALEGRO DE QUE TE ACUERDES DEL GRAN SEVE.CUANDO ESTUVIMOS EN EDIMBURGO SIEMPRE ALARDEABAMOS DE QUE ERAMOS DE LA CIUDAD NATAL DE SEVE BALLESTEROS.ALLI ME DI CUENTA DE QUE SU FIGURA ERA MUY GRANDE.UN GRAN ORGULLO COMO SANTANDERINO Y ESPAÑOL.

MI APOYO TOTAL A SEVE.Y NO HE JUGADO A GOLF NUNCA.PERO ME ACUERDO QUEDARME DE PEQUEÑO DE MADRUGADA PARA VERLE GANAR EL OPEN DE AUGUSTA POR LA TELE.

JAVI-SHATT dijo...

AHORA QUE ME ACUERDO,ESTUVE HABLANDO ESTE FINDE CON UNA AMIGA SOBRE SU PROBLEMA DE SALUD.Y ME COMENTO QUE SEVE Y SU NOVIA ESTABAN VIENDO UNA PELI MUY CERCA DE DONDE ESTABA ELLA EN UNO DE LOS CINES DE LAS AFUERAS DE SANTANDER.AL DIA SIGUIENTE SE ENTERO DE QUE SU NOVIA HABIA MUERTO EN UN ACCIDENTE DE COCHE.NO SE LO CREIA.

LA VIDA TRAE MUCHAS VECES GOLPES MUY DUROS Y SORPRENDENTES POR DESGRACIA.

Enric Morrow dijo...

Joer, Pete, eres una caja de sorpresas.. pero las plasmas de una manera que, ya te habrás dado cuenta, consigues engancharnos y contagiarnos..

Yo era muy joven cuando los grandes logros de Seve, pero si recuerdo quedarme con mi padre viendo las pocas retransmisiones que daban, en una viejisima tele en blanco y negro.. la bola, la imaginábamos...

Bueno, ya no está mi padre para ver ni a Seve ni a Nadal ni a Gasol (el me hizo ver a los Celtics y los Lakers del 86/87, aprox.)..

Y ya no veremos esos golpes, pero estoy seguro que aún no perderemos ese talento, ese genio..

Peter Mihm dijo...

Mala suerte la de Seve en los últimos tiempos, sin duda. Pero su batalla acaba de comenzar.

LITROS dijo...

Recuerdo que buenos momentos pasamos en Pedreña, viendo el Open y a Seve en plena forma enfrentandose a todos los grandes.
Que días inolvidables.
Estamos todos con Seve.

Edu_Rob dijo...

Enorme Pet; me ha encantado. La vida se le ha encabronado a Seve; Un abrazo.

Peter Mihm dijo...

Qué grande aquel Open Peugeot en Pedreña. Enorme.

Gracias, Salva. Seve es un motivo fácil de inspiración... En un mundo del deporte mecanizado, con culto al gimnasio y a la repetición, el genio de alguien como Ballesteros siempre será una ráfaga de aire fresco.